Caperucita en Manhattan es una novela escrita por Carmen Martín Gaite, publicada en 1990.
Se narran las peripecias de una pequeña niña de 10 años llamada Sara, quien tiene una gran admiración por la isla de Manhattan. Cada sábado acompaña a su madre a casa de su abuela. Sara, sin embargo, desea emprender el viaje hacia Manhattan por sí misma.
Personajes de Caperucita en Manhattan
Sara
Es el personaje principal de esta historia; una niña de 10 años que se caracteriza por ser audaz, dinámica, y con muchas ganas de experimentar la libertad. Constantemente piensa en la libertad, y anhela vivir en un mundo de fantasías.
Rebecca Little
Ella es la abuela de Sara; vive en la isla de Manhattan, y representa todo lo contrario de su hija. Este personaje se muestra como una persona autónoma, libre de pensamiento, y alejada de todo aquello que la puede limitar. Con frecuencia motiva a Sara para que busque su libertad y experimente la fantasía que tanto le gusta.
Vivian Allen
Madre de Sara, y la típica mujer moderna convencional. Se distingue por ser una mujer trabajadora, tranquila, siempre en busca de la felicidad para su familia. A menudo se muestra como una madre reprimida, carente de creatividad, y superada por sus miedos.
Mister Woolf
En el resumen Caperucita en Manhattan, el lobo difiere mucho de la versión original. En este caso, Mister Woolf es representado por un anciano obsesionado con su negocio de pastelería. En realidad no le interesa caperucita, lo que él busca es conseguir la receta de la tarta que prepara su madre.
Miss Lunatic
Es una anciana vagabunda que se caracteriza por su personalidad extravagante. Conoce a Sara cuando la pequeña comienza sus aventuras por Manhattan. En un momento de la historia, deja de ser anciana y se vuelve una mujer joven, al combinar su sangre con la de Sara.
Resumen Caperucita en Manhattan
En este resumen Caperucita en Manhattan conocemos a Sara, una niña de 10 años que vive con sus padres en Brooklyn. Su madre Vivian Allen, trabaja en un hospital, mientras que su padre es fontanero.
A pesar de su edad, a Sara le encanta leer y fantasear, sobre todo con las aventuras que su abuela Rebecca le cuenta. Su abuela vive sola en la isla de Manhattan, por lo que todos los sábados, Sara y su madre viajan hasta allá para llevarle una tarta de frescas.
En cada viaje que realiza a visitar a su abuela, Sara fantasea con la idea de poder ir sola a Manhattan. En uno de esos viajes, Sara y su madre llegan a casa de su abuela, pero ella no se encuentra en casa. Sara observa con atención unas viejas cartas de su abuela.
Cuando finalmente llega, ambas comen la tarta y conversan sobre la Estatua de la Libertad, la cual provoca fascinación en Sara. Un día, y tras el fallecimiento de su tío, los padres de Sara viajan a Chicago y la dejan sola en casa.
La pequeña toma la decisión de ir a visitar a su abuela en Manhattan sin compañía. Se pierde en el metro, y luego de arrepentirse por lo que ha hecho, conoce a Miss Lunatic, una anciana vagabunda, con la que muy pronto comienza una amistad.
Cuando se despiden, Sara se queda sola en Central Park. En este lugar conoce a Mister Woolf. Comienzan una conversación y al poco tiempo, Sara le ofrece un trozo de la tarta que lleva a su abuela.
Woolf queda sorprendido por el sabor de la tarta, y le dice a Sara que hará realidad su sueño, a cambio de la receta de la tarta.
Final
Cogió la tarta que había encargado especialmente para la abuela y se lanzó a la ciudad sin permiso. Cruzó puentes, calles, parques, y avenidas, con los ojos muy abiertos, absorbiendo cada rincón de esa ciudad inmensa, ruidosa y fascinante.
En su camino, conoció a Miss Lunatic, una misteriosa mujer sin hogar que vivía en la estatua de Alicia en el País de las Maravillas en Central Park. Miss Lunatic era diferente a todos los adultos que Sara conocía: no mandaba, no juzgaba, y creía firmemente en la libertad de cada persona. Le habló del valor, del miedo, de los sueños… y de cómo enfrentarse al mundo con imaginación y coraje. Pronto se convirtió en su guía secreta, como una hada madrina moderna.
Pero también conoció al temido lobo de esta historia: Mister Wolf, un hombre rico y elegante, dueño de la cadena de pastelerías más famosa de la ciudad. Mister Wolf no era un lobo con colmillos, sino uno con corbata y sonrisa falsa. Había oído hablar de la tarta especial de la abuela de Sara y estaba obsesionado con descubrir su secreto para venderla y hacerse aún más rico.
Sara llegó por fin a casa de su abuela y pasaron un rato muy feliz. Pero Mister Wolf no se dio por vencido: encontró a la abuela y la llevó al último piso del Empire State Building, amenazándola para que le revelara su receta. Quería apoderarse de lo único que no podía comprar: el alma de la tarta, hecha con amor, libertad y tiempo.
Entonces, ocurrió lo inesperado. En medio del forcejeo, Mister Wolf cayó al vacío. Su codicia y ambición lo destruyeron, como si fuera el castigo natural por querer poseer lo que no se puede comprar.
Al final, Sara entendió que había crecido, que la verdadera libertad no es huir del mundo, sino aprender a enfrentarlo con cabeza, corazón y valentía. Su abuela la abrazó con orgullo, y Miss Lunatic desapareció tan misteriosamente como había llegado, dejándole a Sara una última enseñanza: «No tengas miedo de ser quien eres».
Y así, como una nueva Caperucita que ya no necesita que nadie la salve, Sara volvió a Brooklyn distinta, más fuerte, más libre, y con una historia que contar… la suya.
Final explicado
Es una celebración de la independencia y la autosuficiencia. Sara logra llegar a la casa de su abuela, pero lo más importante es el viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal que experimenta. La historia concluye con un Mensaje empoderador sobre la importancia de tomar control de la propia vida y no temer a lo desconocido.
