Esta novela, escrita por Ramón María Del Valle Inclán, es considerada como una de sus obras más importantes. Con ella, Valle Inclán inauguró un nuevo género teatral, el esperpento. Esta obra relata la historia de un poeta pobre y ciego, llamado Max Estrella, que ya se ha hecho viejo. Su esposa le ayuda para poder sobrevivir en el mundo. Max colabora en una imprenta de periódico de la localidad pero un día le entregan una carta, que él da a su esposa para que la lea. Lo que no sabía Max era que la carta era el aviso de su despido en la empresa del periódico. Max ante la responsabilidad de tener que dar de comer a su familia, consigue recaudar unos libros y aconsejado por un hombre llamado Latino, un personaje borracho, miserable y también viejo, le dice a Max que vaya a la librería del pueblo y pida que le den más dinero por sus libros. Es entonces cuando Max decide salir de su hogar y empieza a vivir.
Max, acompañado de Latino, se dirige a la librería de Zaratustra, en donde ha dejado sus libros, y se los han pagado muy baratos. Le dice al encargado de la librería que quiere más dinero por los libros, pero el librero le dice que no le dará más dinero de lo acordado. Aprovechándose de su ceguera, intenta engañarlo diciéndole que ya ha vendido sus libros y por esa razón no puede darle lo que exige, cuando en realidad los libros se encuentran en el mostrador de la parte de atrás de la librería. Latino alcanza a ver los libros y le sigue la corriente al librero para también engañar al pobre ciego de Max.
Al salir de la librería, decepcionado, Max se va en compañía de Latino a la taberna española de Pica Lagartos. Allí empiezan a beber y a emborracharse cuando aparece un hombre llamado Enrique de la Pisa, es un hombre a quien Max le debe un boleto de un décimo de lotería y viene a reclamarle su dinero. Max tenía la intención de devolverle su boleto, pero Enrique se lo quita. Max quiere comprárselo pero no tiene dinero para hacerlo, tiene interés en el boleto porque es un número capicúa. Pero al final Max no puede comprar el boleto a Enrique, ya que este se ha ido a la buñolería Modernista.
Pasan los días y Max y Latino salen de nuevo a la calle, esta vez se dirigen a la buñolería Modernista para así poder comprar el décimo del boleto. Cuando llegan al lugar aún está allí Enrique y por fin Max puede comprarle el décimo. En ese lugar se encuentra un grupo de poetas modernistas que empiezan a charlar con Max y Latino. Todos ellos conocen a Max pero este se queja de la poca suerte que ha tenido como escritor. A medida que avanza la charla, Max se da cuenta de que los Poetas modernistas se creen superiores al pueblo, y Max se siente inferior porque él es parte también del pueblo. Durante la charla se lanzan varias críticas hacia el sector cultural de España y hacia la política.
Latino corta la disputa con una canción que al final terminan todos cantando borrachos, y llaman la atención de los policías, que acuden al lugar para ver qué es lo que está sucediendo, debido a tantos gritos que se escuchaban. Max de tan borracho que se encontraba, se burla del capitán de la policía. Este se molesta por las burlas, decide aprenderlo y trasladarlo al Ministerio de la Gobernación. Allí Max debe prestar declaración sobre lo ocurrido en la calle, y lo hace entre burlas e ironías por los efectos del alcohol. Por tal acto terminan arrestando a Max y lo encarcelan, por escándalo, por lanzar gritos revolucionarios y por desobedecer a la autoridad. Al enterarse de lo que estaba pasando, el grupo de Modernistas va al periódico para denunciar que Max ha sido detenido.
Estando Max en su celda acompañado de un preso llamado Mateo, este le cuenta la razón por la que está allí. No quiere ir a la guerra y para negarse, provocó un motín en la fábrica donde trabajaba, sabiendo que la muerte es el único futuro que le espera al ir a la guerra. Al final un policía llega por Mateo y se lo lleva, y Max se queda molesto porque se lo han llevado.
Por otro lado, el grupo de Modernistas acompañados de Latino llegan al periódico para denunciar la detención de Max y que la opinión pública presione para liberarlo, pero Filiberto, el encargado del periódico, les dice que no puede publicar nada sin el consentimiento del director del diario, pero que de todas formas intentará hacer algo para ayudar a Max.
Finalmente Max es liberado pero no quiere irse sin antes protestar ante el ministro por el mal trato que ha recibido. El secretario del ministro le indica que no puede atender su reclamo porque está trabajando. Max se exalta hasta el punto de que llaman al ministro, de nombre Paco, que fue un antiguo amigo de Max con el que compartieron la vida bohemia y la pasión por la literatura. Tienen una charla por la que termina Paco dándole una manutención a Max.
Latino y Max vuelven a encontrarse y ahora deciden ir al café Colón, donde está también Rubén Darío. Este reencuentro entre ambos poetas hace que comiencen a hablar de diferentes temas como la muerte, teología, filosofía… Y la charla termina en un debate cuando Max le expresa su ateísmo a Darío, que es un cristiano muy creyente. Tras la cena, Latino y Max regresan a las calles y su caminata los lleva hasta una zona donde abundaba la prostitución. Allí dos prostitutas intentan que ellos sean sus clientes esa noche. Latino acepta irse con una de ellas, pero Max decide quedarse con la Lunares, la otra prostituta, con quien se queda charlando sobre su vida personal y de la vida de ella.
Después siguen su camino y se encuentran con una madre a la que han asesinado a su hijo, han fusilado a su amigo Mateo, el de la prisión. Después de tanto vivido esa noche, Max regresa a su casa acompañado de Latino. Sentado en la puerta de su casa, comienza a sentir un frío intenso y se desvanece. Latino intenta llamar a su mujer pero no llega a tiempo, Max termina muriendo rígido de frío y borracho. Latino, al ver el cuerpo de su amigo muerto, decide quitarle la cartera con el pretexto de que así nadie se la robará. Se marcha dejando el cuerpo de Max tirado. La portera encuentra el cuerpo de Max y avisa a su esposa.
Después del entierro de Max, Latino se encamina a la taberna del pueblo, en donde borracho finge que siente un gran pesar por la muerte de Max. En la taberna los demás se dan cuenta de que el décimo comprado por Max fue el premiado y es Latino quién está disfrutando de él. Así que todos los del bar intentan sacar tajada del premio con falsas cuentas pendientes que tenían con el fallecido. Empiezan a discutir, pero al final la disputa se cierra con la noticia de la muerte de una mujer y una niña: la hija y la esposa de Max, que finalmente se han suicidado.