El cerco de Numancia, también conocida como La destrucción de Numancia, Tragedia de Numancia o Numancia a secas, es una obra escrita en torno a 1585 por el español Miguel de Cervantes Saavedra.
Numancia, al margen de la obra, es un poblado prerromano de España, una población celtíbera. La historia ocurre en este contexto geográfico, en lo que hoy sería la actual Soria, y más concretamente sobre el Cerro de la Muela.
La obra es un drama de tipo trágico escrita en el contexto del Renacimiento, y por ello se clasifica como tragedia renacentista. Expresa los retos y padecimientos de los personajes en el marco de un suceso histórico, el del asedio de Numancia (133 a.C.), y por eso es también una tragedia histórica.
Esta historia trata las difíciles condiciones en las que la humanidad debe afrontar sus deseos de libertad. Para ello, Cervantes resalta los valores de la voluntad, el tesón y el sacrificio para conseguir ser libre, así como conocimiento para realizar un buen uso de la libertad.
El sacrificio puede llegar hasta el punto de preferir morir a vivir sin libertad, que es lo que supone el suicidio decidido por los numantinos al no poder vencer a los enemigos romanos.
Ese gesto supone una lección de libertad dada al invasor, representado por el personaje del arrogante Escipión, que no podrá enorgullecerse de vencer dominando a los vencidos.
Personajes de El cerco de Numancia
Escipión
Publio Cornelio Escipión Emiliano, histórico líder militar romano, dirige a los invasores en el asedio de Numancia y en toda la guerra numantina.
Jugurta
Romano de origen numidio que pertenece al bando de Escipión, y que atiende primero a los numantinos que quieren conversar. Intentará convencer para rendirse al último niño numantino, sin éxito.
Gayo Mario
Soldado romano de gran disciplina que recibe a Escipión en el campamento. Avisa del incendio en su interior.
Quinto Fabio
Romano, hermano y consejero de Escipión, que ya había combatido en Hispania contra Viriato. Aconseja rodear la ciudad con el foso y privarla de bienes.
Marandro
Numantino, interviene en la segunda jornada. En romance con Lira, roba pan a los romanos para aliviar su hambre, cayendo herido.
Leoncio
Personaje numantino, amigo de Marandro, que rechaza los augurios. Interviene en la segunda jornada, acude a robar comida y muere tras matar a varios soldados romanos.
Marquino
Numantino que realiza augurios, es el hechicero de la ciudad y revive a un muerto llamado El Cuerpo. Se suicida arrojándose a la sepultura.
Teógenes
Numantino que señala cómo los romanos los tienen cercados, acusándolos de cobardes. Llama a la autodestrucción de la ciudad y sus bienes para que no caigan en manos romanas.
Caravino
Numantino que aparece en la segunda jornada, y quedialoga en la tercera con Escipión desde lo alto de la muralla para que decida en batalla abierta. Escipión lo rechaza.
Lira
Doncella numantina enamorada de Marandro. Habla con él del hambre que padecen.
Resumen de El cerco de Numancia
La obra se divide en cuatro jornadas y tiene lugar en dos escenarios: el campamento militar romano y el interior de la ciudad asediada.
Los romanos rodean y aíslan la ciudad durante años. Deciden dejar a los habitantes sin víveres para que se rindan, cavando un foso en torno a la ciudad.
En la primera jornada llega Escipión al campamento para dirigir la rendición de Numancia. Abronca a sus soldados su mala actitud y moral.
Los numantinos intentan negociar con los romanos, pero los embajadores son rechazados por el general Escipión.
Aparecen personajes alegóricos de España, que lamenta la división de los habitantes de Hispania por facilitar la victoria romana, y Duero, que profetiza que España será honrada frente al mundo en el futuro.
La segunda jornada empieza con los numantinos debatiendo qué hacer. Tienen que pensar si prefieren entregarse a los romanos y continuar con vida, o prefieren evitar a toda costa ser oprimidos.
Los augures y hechiceros de la ciudad, como Marquino y Milvio, realizan invocaciones y predicen que la ciudad será destruida y sus habitantes muertos, pero se ganarán la gloria. Marquino decide suicidarse arrojándose en una sepultura.
La tercera jornada vuelve al campamento romano. Caravino es enviado a intentar convencer a Escipión de realizar un combate para resolver el asedio, pero el romano lo rechaza porque quiere que se rindan por hambre.
Las mujeres numantinas, como la doncella Liria, saben que todos sus bienes serán destruidos, y que ellas serán violadas por los romanos si los hombres son derrotados. Prefieren que sus compañeros las maten a sufrir el abuso romano.
Las mujeres convencen a los hombres de evitar luchar sin posibilidad de victoria. Teógenes llama a quemar en el fuego los bienes de la ciudad, a matar los romanos que tienen apresados para que sirvan de último alimento antes de acabar con sus propias vidas.
En la cuarta y última jornada, dos numantinos, Morandro y Leoncio, intentan robar comida del campamento romano. Leoncio muere y Morandro vuelve malherido, entregando pan a su amada Lira.
Las alegorías de Guerra, Enfermedad y Hambre muestran la situación trágica de la ciudad. Gayo Mario ve el incendio del interior y el suicidio colectivo de los numantinos, y avisa a Escipión para entrar. Jugurta ve a un último niño al que intentan convencer para rendirse. Pero el niño se arroja desde una torre, reafirmando la muerte gloriosa de Numancia, último acto de libertad de sus habitantes.